jueves, 28 de junio de 2007

Comida afrodisíaca: ¿mito o realidad?

Por Paola Farías
Las comidas afrodisíacas son aquellas que despiertan nuestra líbido, nos predisponen a una experiencia sexual, aumentan nuestro deseo de sexo. Hay quienes señalan que el recurso a las comidas afrodisíacas es propio de personas con baja autoestima, de quienes pretenden encontrar en ciertas recetas lo que no pueden lograr por sí mismo. Eso es falso.
Es un hecho que el momento previo a la actividad sexual tanto los seres humanos como los animales se producen para el cortejo: se visten de una forma especial, usan ciertas fragancias, cambian su aspecto, cierto tono en la manera de hablar, cierta forma de mirar, en fin, todo lo que facilite la atracción. Y, también, producen condiciones ambientales que faciliten una comunicación sensual: desde escoger los lugares donde se llevará a cabo el cortejo hasta tomar un lugar y acondicionarlo para tales efectos.
Precisamente, en lo que respecta al último punto, escoger una comida afrodisíaca para la jornada es parte del acondicionamiento. Pero, ¿quién garantiza que esa comida será la realmente afrodisíaca?
Organismos internacionales de salud, como el FDA norteamericano, son concluyentes al afirmar que las famosas comidas afrodisíacas son más folklore que realidad. Esto es mucho más evidentes cuando este tipo de comidas son usadas para combatir alguna disfunción sexual sea en el hombre o en la mujer.
Se piensa que determinadas comidas que son más bien estimulantes (como el ají), al elevar el ritmo cardíaco podrían facilitar la llegada de los flujos sanguíneos a los genitales y con ello favorecer la excitación. Mucho más eficaces han sido, para el caso del hombre, el uso del viagra (y otras drogas semejantes). En el caso de la mujer es más complicado, aún no se ha dado con un fármaco o una receta que sea eficaz contra las disfunciones sexuales femeninas.
Lo que puede favorecer la fama de ciertas comidas afrodisíacas es el efecto placebo que puede lograr en ciertas personas. Especialmente cuando se trata de disfunciones de tipo sicosomáticas. Especialmente aquellas comidas que, por sus propiedades, pueden ser más bien relajantes. Podrían sumarse a otros estímulos que en su conjunto logren que la persona que tiene problemas para excitarse pueda llegar a ese punto, siempre y cuando el origen de dicha disfunción sea sicológica.
Todo esto nos lleva a descubrir algo que está en cada uno de nosotros: la mente sigue siendo el más poderoso afrodisíaco. La inteligencia humana al servicio de la seducción o, bien, como aliado para nuestro misma predisposición al acto sexual. Además, juega un importante rol cuando se trata de tratar una disfunción sexual de tipo sicológica o que presenta componentes asociados al trastorno biológico.

Keywords:

Afrodisiaco: la palabra proviene del griego APHRODITE, que era el nombre de una diosa. Se trata de la diosa de la belleza y el sexo, también del amor
Disfunción sexual: Incapacidad motora, biológica o psicológica para responder a estímulos sexuales o bien para consumar el acto sexual. Esta incapacidad tiene diversos orígenes (psicológicos como biológico). Hasta ahora se ha logrado éxitos en el tratamiento de las disfunciones biológicas masculinas, no así en el caso de las disfunciones de raíz biológica femeninas
Efecto placebo: Un placebo puede ser definido como una intervención diseñada para simular una terapia médica, la cual no tiene un efecto específico para la condición que está siendo aplicada. Vale decir, corresponde a un procedimiento o intervención que no tiene un efecto fisiológico ni bioquímico sobre la enfermedad o condición en estudio.

No hay comentarios: